martes, 9 de octubre de 2007

ORDEN Y CONCIERTO


Siempre me han resultado acogedoras las ferreterías, como si fuesen lugares en donde se hallan soluciones para todo, no sólo para asuntos relacionados con la cotidianidad sino también con las almas, por ejemplo, como si éstas tuvieran forma de enroscarse, de encolarse, de repararse. En las ferreterías tiene todo un nombre específico y miles de matices que los distinguen, de modo que un simple tornillo, pongamos por caso, puede ser calibrado, con collar, de acoplamiento o de acoplamiento con palanca tensora, de ajuste, de banco, de banco de cerrajero, de banco para tubos, de banco pequeño o de banco plano, de cabeza avellanada, cilíndrica, cuadrada, cruciforme, hexagonal o de martillo, de eclisa, de elevación, del nonio de rotación, de escalera, del torno con mango, de mano, de mordaza, de presión, de reglaje de lectura o del cero, de sujeción, para madera, para piedra, prisionero, sin fin, sin fin de caída...

Entonces es comprensible que las personas aficionadas al mundo ferretero ordenen sus lugares de trabajo como se muestra en la foto, con orden obsesivo, por medidas, clases, objetivos, intenciones y simpatías. Tienen algo de templos, esos sitios. Algo revelador. Como si escondieran, a la vista, algún secreto.

5 comentarios:

nunuaria dijo...

Después de leerte, para mí que sólo acierto a distinguir un tornillo de un clavo, el tornillo se ha convertido en un objeto misterioso.
Pero mucho más misterioso aún me resulta, y no lo había pensado hasta ahora, que alguien llegue a una ferretería y pida cualquiera de esos tornillos que mencionas y el ferretero lo encuentre y lo entregue en cuestión de segundos.
Miro la foto y veo llaves ordenadas, alicates y otros objetos ordenados también y múltiples en sus diferencias.
Definitivamente todo un mundo a descubrir.
(Muchos días sin leerte, te eché en falta.)

NáN dijo...

Soy como tú, Nunuaria. Menos mal que L se encarga de esas cosas porque yo llamaría al electricista para cambiar una bombilla si es halógena.

Pero en las palabras, ¡ay, qué aroma! Que otros las usen, que a mí me basta con aprenderme la lista. Veamos: tornillo, calibrado, con collar, de acoplamiento o...

´´ dijo...

es la metafisica de lo practico , cuelgas un cuadro y no se cae , eso es una accion perfecta , es como las matematicas , la perfección . Para la gente que vive del mundo de las ideas , lo practico es siempre un misterio y por lo tanto es bello .

Lo malo es cuando hay que ayudar y no distingues una herramienta de otra y claro en ese momento no todo es relativo .

Flavia Company dijo...

Las palabras, las palabras... no me digáis que tornillo prisionero, o tornillo sin fin de caída... no dan para un todo un tratado...
El orden de las cosas necesita nombres. Nada se organiza, si no. Y los nombres están para subvertirlos y cambiar el orden...

´´ dijo...

Company

hay una frase de Paco Monge que dice :

"¿Por qué no pensar que, allá abajo, también hay otro bosque en el que los nombres no tienen cosas?".

Aqui el articulo de vila-matas donde se cita :

http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Tropismos/odradeks/elpepuespcat/20040111elpcat_6/Tes

Aquñi dejo mis artículos más recientes aparecidos en La Vanguardia. Espero que los disfruten. :-)