miércoles, 12 de noviembre de 2008

Libros enjaulados


Pierre Lafue nació el 18 de setiembre de 1902 en Pont-de-Monvert (Lozère) y murió accidentalmente el 8 agosto de 1975. Fue profesor de bachillerato, colaboró en diversas publicaciones y, más tarde, se dedicó plenamente al periodismo y la literatura. Es autor de varios ensayos, biografía y novelas.

Yo no sabía nada de Pierre Lafue, ni siquiera de su existencia, hasta que hace unos días fui a la Biblioteca del Ateneo de Barcelona -hay que visitarla, es una maravilla- y pedí en préstamo un libro publicado por Flammarion en 1957 y titulado "Marie-Thérèse. Impératrice et reine. (1717-1780)", cuyo autor era él.

No había hecho más que salir del Ateneo cuando intenté fisgar entre las páginas de mi libro prestado, y digo intenté porque no pude: todavía eran cuadernillos que nadie había separado. Las hojas estaban enganchadas unas a otras por arriba y por el lado. Había que estrenarlo.

Entonces sí, tuve que armarme de paciencia y esperar a estar en casa para obrar con el mayor esmero y utilizar algún instrumento adecuado para tal fin. No podía tratarse de un abrecartas, porque son gruesos y podían estropear el libro, así que rebusqué entre mis objetos de escritorio y encontré un punto de libro que alguien -creo que Mercedes Abad, pero podría ser también Cristina Fernández Cubas-, me trajo de algún país lejano. Un punto de libro ilustrado con el alfabeto fenicio, colocado dentro de una funda de plástico tan prieta y dura, tan fina, que podía hacer las veces de abrepáginas.

Y sí, una por una, inauguré las hojas de Pierre Lafue, que en ese momento me causó una cierta compasión, no sé, por su libro tan solo desde hacía tantos años en el Ateneo, tan abandonado en su estantería, tan sin leer. Pero luego le imaginé al libro otra historia: pensé que durante unos años, quizás un par, había sido uno de los más solicitados por los socios del Ateneo, que en su jardín romántico se lo recomendaban unos a otros con expresiones como: No puedo resumírtelo, léetelo y verás qué bueno lo último de Lafue. Todos de acuerdo en la excelencia de aquel ejemplar que nunca nadie había abierto. Podría haber sucedido y es la versión con la que me quedo. No voy a preguntar a la bibliotecaria por la historia de préstamos de "Marie-Thérèse". ¿Qué historia habrá escapado de sus páginas, ahora que yo al fin las he liberado? ¿Qué secretos? La vida de los libros, qué inquietante.

25 comentarios:

´´ dijo...

Siempre pienso en hacerme socio de l'Ateneu , fui hace poco por un concierto de Max Sunyer y como llegue pronto me di una vuelta por las salas y el patio , pero no entre en la biblioteca pues creo que solo es para socios o gente que tenga una relacion profesional . Por cierto que en mi blog hablo de una de las figuras mas miticas de l' Ateneu.

La vida de los libros es curiosa pero creo que puedes haber roto alguna relacion sentimental, porque si el libro estaba como dices seguramente muchas letras estaban pegadas a otras desde la imprenta y el roce hace el cariño y ahora al separar las paginas quieras que no hay mas espacio , aunque me puedes decir que con el libro cerrado se siguen tocando , pero es diferente, imaginate que no cuadran igual que antes , tu gesto , espero que inocente , puede haber creado un cisma dentro del libro y haber desparejado a todas las letras , que ahora se tocan de forma diferente . Bueno bueno ya diras si el libro vale la pena .

Anónimo dijo...

Unos junto a otros en las estanterías, ¿qué se dirán los libros? ¿qué secretos diálogos mantienen? ¿qué se contarán a la vuelta? ¿hablarán entre ellos de nosotros, los lectores?

Flavia, me encantaría saber más de ese libro. Ya nos contarás.

Mina dijo...

Es preferible pensar que fue un ejemplar solicitado y no un libro abandonado durante años hasta el punto de que ni siquiera nadie lo había abierto hasta llegar a ti. En todo caso, es también una suerte poder inaugurarlo una misma con su propio punto de libro.

Flavia Company dijo...

Francis:
Ciertamente, debo de haber enmarañado muchas letras, probablemente impedido el curso ya antiguo de algunas historias entre ellas; debo de haber interrumpido diálogos, pero quizás también el momento álgido de una riña, la palabra gruesa que no se olvida, la decisión errónea que obedece al impulso. A saber.

Winsta:
Nuestras lecturas nos delatan y nos contienen. Dijo Borges que se sentía más orgulloso de lo leído que de lo escrito, y se trataba de uno de los fabuladores más exquisitos que en el mundo han sido.
Ya os contaré del libro, sí. Apenas si heleído unas pocas páginas, pero las leo con especial cariño, ya ves qué cosas, como si tuviera que ver con ellas por el simple hecho de haberlas despegado.

civisliberum dijo...

Para separar las hojas de los libros utilizo un cuchillo jamonero, ya que hace tiempo no utilizo este cuchillo para que cumpla con la función principal con la que fué creado. Los libros (antiguos)con los cuadernillos no cortados suelo adquirirlos en la libreria Canuda, justo debajo del magnifico jardin del Ateneu.
Por cierto, si bien la biblioteca del Atenau se ha modernizado mucho, personalmente me gustaba más tal como era antes de la reforma, un poco rónica, con las puertas de los balcones que no cerraban y todas sus incomodidades que los años y una cierta decrepitud comporta. Ahora con el aire acondicionado, la restauracions de las pinturas murales, su wi fi y hasta la amabilidad del personal (segun dicen la mayor transformación habida en la biblioteca) parece otra cosa.

Carol Blenk dijo...

Dime cuál es tu historial de préstamos y te iré quién eres...
Y lo mismo con las pelis que alquilamos del videoclub. Alquien debería estudiarlo.

Flavia Company dijo...

Civisliberum:
Tu cuchillo jamonero da un poco de miedo. Supongo que no necesitas que esté muy afilado. ¿O sí?
Comprendo tu visión nostálgica del Ateneu y casi casi la comparto, pero lo cierto es que ha quedado muy bien, muy acogedor y muy parecido, dentro de lo que cabe, a lo que fue. Mantiene la atmosfera, hasta cierto punto.

Carol Blenk:
Totalmente de acuerdo. El registro de préstamos y alquileres es la historia de nuestras apetencias. Muy delator.

´´ dijo...

Bueno en U.S.A se ve que hay bastantes bases de datos con los libros que sacas de las bibliotecas y el gobierno tiene acceso , hasta ahora no habia problemas porque Bush no diferenciaba un libro de otro. Pero ahora sera otra cosa .

dintel dijo...

¿Para sacar "visitar" la biblioteca de la que hablas debes ser socio?

Flavia Company dijo...

Francis:
Da escalofríos.

Dintel:
Pues creo que sí que hay que se socio, sí. Aunque para visitarla supongo que no habrá problema... no sé.

Paola Vaggio dijo...

Hola Flavia, yo me acostumbré a ir a la biblioteca de adolescente, porque hacíamos allí los deberes todos juntos. Era una biblioteca muy acogedora, aún tenía esas lamparitas de antes, de color verde, es que te daban ganas de leer (no como ahora que para mí gusto en las bibliotecas nuevas hay demasiada luz, me da dolor de cabeza...) Descubrí un montón de libros allí, aún te los apuntaban en una ficha a mano... Me marcaron algunos típicos de esa edad... el guardián entre el centeno de salinger, crimen y castigo, la poesía de martí i pol, algunos de la beat generation, Carol de Patricia Highsmith, Nada de Carmen Laforet, Un mundo feliz, etc. Esos son los libros que recuerdo de esa época en la que descubrí las bibliotecas. Actualmente sigo yendo, si me gustan mucho luego me los compro para tenerlos en casa.

Y la cantidad de historias que hay sin abrir y que aún no están en ningún libro!

Del Ateneu suelo mirarme los cursos de l'escola d'escriptura, es algo que tengo pendiente!

Un placer volver a tu blog y leerte. Saludos.

Flavia Company dijo...

Paola:
Los libros de las bibliotecas se leen de un modo distinto a los propios, ¿no crees? Con esa ansiedad que da tener que devolverlos, con esas ganas de acabarlos. Tienen ese misterio de vivir junto a tantos otros desde hace tanto tiempo y para siempre.

L'Escola d'Escriptura: Está muy bien. Y el ambiente es muy agradable.

Un placer tenerte por aquí.

NáN dijo...

La primera imagen que me ha venido es que son como las putas, esperando que las elija un cliente, pero recatados, sin lanzar miradas ni hacer proposiciones.

Luego, claro, la cosa es distinta, de cada libro queda una relación que es para siempre (incluso si es de desprecio).

A ti te tocó una puta virgen. Pero ya ha conseguido su relación, que será para siempre. Y hasta nos la has presentado y nos hablarás de ella, digo de él.

Ha conseguido aquello para lo que fue.

Què t'anava a dir dijo...

Bueno, però a tot això: què tal el llibre? I per què el vas demanar en préstec? Et va cridar l'atenció per alguna cosa?

Per cert: el departament on va néixer el nostre amic Pierre Lafue (Lozère) és meravellós. Mereix un viatget en canöe per les gorges del riu Tarn.

Flavia Company dijo...

Nán:
No sé yo si me gusta mucho pensar en los libros como si se tratara de putas. Creo que no, jajajaja. ¿Habré salido puritana?

Què t'anava a dir:
O sigui que hi has estat, per allà Lozère? Mira que ets sorprenent, mari!

NáN dijo...

Imaginaba que no te iba a gustar, pero sé realista, los pobecitos ahí, pasando frío hasta que alguien les da calor con su lectura. ¿Qué otro desvalimiento puedes encontrar tan parecido?

Y luego se acaba la comparación, porque la unión, como dije, es para siempre.

Flavia Company dijo...

Nán:
Pues no sé, los veo más como animales abandonados, qué sé yo. Como animales desorientados, fuera de su habitat. Nada que ver con putas, aunque ahora la comparación sería fácil, pero injusta otra vez. O tengo el día puntilloso, ¿no? Jajajajaja.

NáN dijo...

Por si acaso, tendré que retirarlo. Los libros son agujeros negros, que por tanto casi nadie ve, hasta que alguien se fija en ellos, coge uno y, dependiendo de la calidad del libro, le explota más o menos en la cara.

(a mí me gustaba lo de las putas porque nos permitía hablar de los bestseller superpromocionados como "señoras bien que hacen una buena boda").

Joana dijo...

Ajá! los libros como mujeres deseadas y elegidas, sea como bestsellers-señorasbienputas, sea como relaciones explosivas, sea como...sea.

Flavia Company dijo...

Nán:
Si hablamos de best-sellerts ya es distinto, jajajajaja. Y sus editoriales, los proxenetas... y así sucesivamente.

Joana:
Mujeres deseadas y elegidas: ¿tu definición de puta?

Joana dijo...

Flavia:

No, no es mi definición de puta, en absoluto. Una mujer puede ser deseada y elegida (que no necesariamente conseguida) por un mar de razones, incluso algunas razones que la razón no entiende.

Flavia Company dijo...

Joana:
Ya me parecía a mí.

NáN dijo...

Jorozopetas, creo que fui yo el que desvió el asunto. Esa palabra tiene varias acepciones, pero en ese caso la utilicé como "desvalimiento". No intenté crear un subtema político ni feminista ni antifeminista ni nada de eso.

Los libros, en las buibliotecas, están desvalidos.

Joana dijo...

Nán;

debo confesar que me encanta que desvies los asuntos, resulta tremendamente enriquecedor.

Flavia Company dijo...

Joana:
Completamente de acuerdo contigo.

Aquñi dejo mis artículos más recientes aparecidos en La Vanguardia. Espero que los disfruten. :-)